Posicionados ya en escena, los actores de Teatro del Duende daban ligeras caricias al movimiento y alargaban la mirada mientras el público, numeroso, se acomodaba para presenciar la tercera representación del festival Teatro en Otoño de Amigos de Corral de Almaguer.
Entre el absurdo, el caos y el enredo divertido se encuentran las situaciones que se producen cuando los círculos de poder reaccionan ante las soluciones que se presentan con métodos nuevos. Diversión y enredo intentando arreglar una tinaja que nadie sabe cómo se ha roto es lo que subió Teatro del Duende al escenario el pasado sábado 11 de noviembre.
Raramente se llevaron bien las innovaciones con los usos de poder asentados sobre costumbres y creencias investidas de tradición. Nuevas soluciones a problemas comunes chocaron siempre con la práctica autoritaria. El simple arreglo de una tinaja con un nuevo material de mayor eficacia, y que acorta el proceso de ejecución, se transforma en una fábula de contrapesos con la que el italiano Luigi Pirandello monta una sátira crítica contra el capitalismo más despiadado. La obstinación del protagonista, don Lolo, por salvaguardar al máximo los beneficios de su cosecha y su desconfianza ante el nuevo método de reparación de la tinaja que propone tío Dimas, al que obliga a no descartar las soluciones tradicionales, provoca que el portador del remedio quede encerrado en las propias contradicciones del sistema, creando una situación cuya solución no pasa por un diálogo de consenso, sino por el drástico recurso impositivo de la justicia mediante el pleito que encarga al abogado Scime. Un juego que se diluye en un conflicto de intereses sin que ninguna de las partes ceda en sus argumentos.
Con el humor casi fantástico y la ironía del texto de La tinaja, Teatro del Duende ofrece un espectáculo vivo lleno de sorpresas y dibujos de comedia. Una actuación coral sobre una escenografía sencilla e inundada de color, que arranca casi en cámara lenta con unos personajes acariciando el movimiento, próximos a la caricatura y ataviados de una cuidada vestimenta que enfatiza la caracterización. El sinuoso movimiento de los actores y su mímica gestual los mantiene siempre dentro de la acción, matizando las pausas y dando color a los diálogos. En definitiva, una representación de calidad, muy atenta a los detalles, de un grupo que cuenta con una larga experiencia profesional.
Tanto la respuesta del público como la calidad de las representaciones que estamos viendo en Teatro en Otoño, de Amigos de Corral, con la colaboración del Ayuntamiento de Corral de Almaguer y la Fundación Rico Rodríguez, colocan a este festival escénico en una opción de ocio de alto nivel para la localidad.
El festival Teatro en Otoño amplía su oferta
