"Cuando escucho flamenco me siento yo".
La primera vez que actuó con Amigos de Corral apenas podía sostener la guitarra. Sin embargo, la seguridad con que pisaba los trastes y pulsaba las cuerdas daba ya una idea del potencial que aquel niño guardaba. Hoy, siete años después, Jesús de la Estrella se presenta como un futuro prometedor y subiendo al escenario con las seguridad de los grandes.
Jesús de la Estrella, un adolescente de aspecto tímido pero de voz templada, conversa con nosotros para Aloyón en uno de los mejores lugares que puede elegir: sobre el escenario del teatro auditorio de Corral de Almaguer. Lo hace momentos antes de probar sonido y ensayar los temas que va a interpretar en la sexta gala de entrega de los premios de cultura PACA. Habla con aplomo, sabiendo lo que dice y expresando lo que siente cuando le mencionamos la guitarra, cuando le preguntamos sobre el flamenco, sobre su coqueteo con el piano. Si algo tiene claro, es su pasión por la música, y su meta más próxima es acabar los seis años de carrera en el conservatorio. Mientras tanto, lo que vaya saliendo. Estas son las cosas que me contó.
¿Te pusieron una guitarra en la mano al nacer o la traías de serie?
jesús de la estrella. Siempre he llevado el flamenco en todas partes, lo escuchaba en el coche, en casa... Yo quería jugar al fútbol como mis compañeros, como mis primos. Pero mi asma no me dejaba, así que me dijo mi madre: “pues te vamos a apuntar a guitarra”. Tenía entonces seis años.
Ahora, ¿tu novia es la guitarra?
Mi novia es la guitarra, sí.
¿Cuántas horas dedicas al día a la guitarra?
Todas las que puedo. Bastantes, bastantes.
¿Qué te pasó por el cuerpo la primera vez que tuviste una guitarra en las manos?
Me acuerdo perfectamente, aunque era pequeño, que tenía bastante facilidad, que me salían las cosas que me enseñaban a la primera. No como mis compañeros que tardaban algo más, tres o cuatro minutos. Yo lo cogía en segundos, lo aprendía todo rapidísimo. Y los discos, también los aprendia de oído.
La primera vez que estuviste con nosotros apenas alcanzabas a la guitarra. Hace ya unos años. ¿Qué ha pasado en este tiempo?
He crecido en la guitarra y cada año me gusta más tocar aquí en el pueblo con vosotros. Voy evolucionando lo que se puede, con conocimientos de música también.
Cuando tocas, unas veces lo haces en solitario, llevando el peso de la canción, siendo tú el protagonista, y otras veces acompañando el cante de otros. ¿En qué modalidad te sientes más cómodo?
En las dos cosas. La verdad es que no tengo preferencias. Me siento bien de las dos maneras.
¿Tienes preferencia por algún palo?
Bueno, unos me gustan más y otros menos. La bulería me vuelve loco. Creo que es mi favorita. También la soleá, la taranta, la rondeña me gusta mucho, la minera.
Siempre me suelen decir que tengo mucha técnica, mucha rapidez.
¿Qué te dicen los mayores cuando te escuchan tocar?
Siempre me suelen decir que tengo mucha técnica, mucha rapidez y que tengo que empezar a componer también.
¿Eres más tradicional, purista, o te gusta meterte en nuevas historias, experimentar cosas nuevas?
Soy de las dos cosas. Hay momentos que me gusta escuchar lo puro, lo antiguo, y hay momentos que prefiero escuchar flamenco moderno. Me gusta hacer y tocar flamenco moderno. Antiguo también.
A parte del flamenco, ¿cuál de tu playlist?
Me gusta mucho la salsa, el jazz, el rock, el pop... todo ese tipo de música, que en general se suelen parecer mucho.
¿Qué es el flamenco para ti?
El flamenco para mi es lo más adentro que llevo. Cuando escucho flamenco me siento yo, lo que verdaderamente soy: un flamenco.
¿Qué te parecen las fusiones que se hacen de flamenco con otras músicas?
Me parecen geniales. A mí me encantan. Se pueden fusionar pero sin perder la pureza, de donde vienen, los principios. Todo se puede traer al flamenco.
¿Cómo ves el panorama de la música?, ¿hay bastantes sitios donde tocar?
Gracias a los que hoy están haciendo flamenco, este arte se ha llevado a muchos sitios: salas, teatros... Creo que en estos momentos es de lo que más se escucha.
¿Se le está dedicando bastante atención al flamenco?
Creo que sí. Cada vez hay más gente de otros géneros que escucha flamenco. La gente joven se interesa mucho.
¿Es viable la mezcla entre flamenco y reguetón?
A mí eso no me gusta.
¿Y el tipo de música que hace, por ejemplo, Rosalía, Mala Rodríguez, India Martínez, los experimentos de Niño de Elche...?
Está bien, porque eso trae más oyentes al flamenco.
¿Qué pasa con el piano y tú?
El piano me gusta. Es más fácil que la guitarra. Al menos yo pienso así. Hay acordes en el piano que no se pueden hacer con la guitarra, que son bonitos, “mu guapos”. El piano lo tengo en casa y toco con él, pero la guitarra es lo mío, claro.
¿Quién es tu ídolo en la guitarra?
Paco... Paco de Lucía.
¿Las redes sociales están resultando positivas para la música?
Le están haciendo bien. Hay artistas que a partir de las redes se hacen famosos. Cada uno aporta lo que sabe y sube sus vídeos. Yo tengo redes y subo mis cosas ahí.
Hay personas que utilizan cualquier app de música, y sin saber las cuatro reglas básicas ya se creen figuras. ¿Te has encontrado algo así?
De momento, no.
¿En qué estás ahora?
Ahora estoy centrado en la música, en sacarme la carrera, en seguir estudiando. Estoy en tercero de profesional en el conservatorio de Arturo Soria y son seis años.
¿Has grabado ya algún disco?
Tengo un single grabado. Los Tanguillos katacherrys, con el cantaor José Rodríguez, que se puede escuchar en Spotify. Tengo proyectos de grabar, quizás el año que viene, con mi tío Israel Fernández.
¿Tienes claro hacia dónde quieres enfocar tu carrera?
De momento, seguir estudiando. Y lo que vaya viniendo. A ver si se da la suerte de llegar alto.
¿Te has planteado componer, compones ya?
je. Sí. Tengo composiciones mías. De momento las tengo en el estudio de casa. Van saliendo ideas y las voy grabando.
¿Usas alguna aplicación?
A veces uso Protools, pero lo que más uso es Logic Pro. Eso me ahorra mucho tiempo, sobre todo tener un estudio en casa en casa. Además hay chavales que me llaman para venir y hacemos musiquillas, les enseño, pasan el rato y a alguno se le ven maneras.