Antonio el Cartero, un asociado ejemplar
In memoriam
Le conocíamos como Antonio el Cartero. Pero fue mucho más que eso. Ya jubilado de ese oficio, y con muchos años encima, Antonio Ortiz García-Gasco fue monje de la Inquisición, paisano corraleño en época napoleónica, caballero de la Orden de Santiago y todo aquello que fuera necesario en los actos que organizaba la Asociación. Siempre colaborador, siempre con la sonrisa en la boca y siempre dispuesto a hacer lo que hiciera falta para que las cosas funcionasen. Y a cualquier hora. Era, sin duda, el mejor miembro posible para cualquier tipo de asociación, de los que no quieren cargos y no esperan recompensas. De los que resultan imprescindibles.