Un viaje por la palabra con música en el equipaje ha sido la propuesta de Teatro del duende, con Un rumor de sangre, para cerrar por todo lo alto la tercera edición del festival ‘Teatro en Otoño’ de Corral de Almaguer. Un viaje por la poesía vestida de palabra sonora que acaricia el interior del individuo y pone alas a sus sueños.
Los versos desnudos de Federico García Lorca, impregnados ya de sonoridad, se cogen de la mano de la música para adentrar al espectador en la vida del poeta granadino, saltando desde el vibrante latido de su Fuente Vaqueros natal hasta la densa angustia de su estancia en Nueva York, contada con el susurro de ese rumor que el director Jesús Salgado sube al escenario sobre una alfombra verde, que te quiero verde, para mostrar el imaginario mundo lorquiano a través de conferencias, entrevistas, poemas y canciones del autor, creando un espacio onírico donde la poesía hace posible lo imposible, la poesía que el teatro la hace humana.
Un rumor de sangre es un espectáculo de tradición oral, híbrido de palabra y música que con la sencillez del teatro desnudo se alía con la desobediencia de las normas para adentrar al espectador en el terreno de los sueños y la imaginación. Un espacio por el que se mueve un Lorca desdoblado en varios personajes que aúnan el eco de los versos cargados de musicalidad del poeta, a los que saca brillo Guillermo Fernández con el toque personal de las cuerdas de su guitarra, una guitarra que actúa como el latido vital que mantiene el embrujo que emana del escenario.
La vida de García Lorca se recrea sobre las tablas a través de su poesía declamada a cuatro voces. La veteranía de Manuel Galiana, algo disperso y un poco fuera de tono, sin embargo, no deja dudas sobre su gran calidad de actor. Miguel Caballero salta del recitado al canto para imprimir color a la representación, mientras que Germán Esteban aporta la voz serena de un periodo estable. Y Marta, Marta Belaustegui, es el elemento que aglutina a todos los lorcas, transmitiendo toda la carga vital con un silencio expresivo roto solo al final para reivindicar la totalidad lorquiana.
De la puesta en escena que presenta Teatro del duende se puede sacar la conclusión de que si el tiempo es un instante que guarda en presente toda la memoria, García Lorca es la memoria sin tiempo y sin edad que permanece en presente. Una voz que las pistolas no callaron y las balas, por el contrario, expandieron el eco de su palabra en el tiempo, “porque es justo que el hombre no busque su deleite en la selva de sangre de la mañana próxima”.
Teatro del duende es una compañía que viaja por diversas partes del mundo llevando el teatro a donde el teatro no llega. Esa es la suerte que ha tenido Corral de Almaguer en esta tercera edición de ‘Teatro en Otoño’, el festival que organiza Amigos de Corral con la colaboración del Ayuntamiento y la Fundación Rico Rodríguez. Un evento que ya es una cita importante en las agendas culturales del otoño.
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