b_280_300_16777215_00_images_fotos_Veranos__DSC2898.jpg Los calores del verano no impidieron que unas trescientas personas disfrutaran de la recreación teatralizada de los hechos que en siglos pasados acaecieron dentro de las paredes del Monasterio de San José, de Corral de Almaguer. Una puesta en escena de la asociación Amigos de Corral que los asistentes, entusiasmados a la salida, calificaban de bonita y bien realizada.

La narración de los hechos ocurridos en este  monasterio a principios del siglo XVII, sirvieron para mostrar a los asistentes las diferentes estancias y la utilidad que estas tenían. Ya en la calle, los asistentes observaban unas escenas que hacían intuir extrañas cosas que sucedían en el interior.

La visita comenzaba en el zaguán del edificio, el único espacio, a excepción de la iglesia, donde se permitía la entrada a las personas ajenas al monasterio. Francisco  de Larrázpuro, enviado por la Orden de Santiago para esclarecer los acontecimientos, contextualizaba en la ficción la gestación y razón de ser de los conventos y monasterios que en el siglo XVI se creaban. El monasterio corraleño de San José, fundado oficialmente por Francisco del Rincón y María Gualda Carrasco, por una real Provisión del rey Felipe II, parece ser que escondía la intención de María de encerrarse con sus seis hijas y asegurarse un retiro dorado.

En las cinco representaciones realizadas durante el pasado fin de semana, distribuidas para grupos de cincuenta personas impuesto por la movilidad que el espacio exigía, los asistentes conocieron la capilla donde tenía lugar la imposición de hábitos, el refectorio, las celdas, el coro alto, el noviciado y algunas puertas por donde salían personajes que hacían suponer cierta relajación de las normas.

En el claustro se teatralizó el proceso llevado a cabo en 1604 por los visitadores de la Encomienda de Corral de Almaguer para juzgar y castigar los hechos producidos en el monasterio, por las disputas internas creadas por controlar el gobierno del mismo y la escasa vocación que mostraban las jóvenes recluidas por sus adinerados padres para ocultarlas de ciertos desvaríos, y que al parecer abrían las puertas con demasiada facilidad.

El trabajo de un grupo de más de treinta personas, ensayando, preparando escenarios y soportando el calor del verano, se vio recompensado por las muestras de gratitud y felicitaciones del público asistente, que supo valorar el esfuerzo realizado por estos miembros de la asociación Amigos de Corral que dedican su tiempo a promover la cultura en la localidad, recuperando y mostrando el patrimonio de todos.

La recreación de estos hechos, que sucedieron de manera puntual y no corresponden al recuerdo que en Corral, se tiene de las monjas, también ha sido posible por las facilidades dadas por la Parroquia Nuestra Señora de la Asunción, para la utilización del monasterio, y a la estimable colaboración del Ayuntamiento.

Líos en el convento de Corral de Almaguer

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