Un año más, María Jesús Muñoz y sus colaboradores y amigos nos han acercado a los versos de los grandes poetas de la literatura española. En esta ocasión ha sido el homenaje a León Felipe en el cincuenta aniversario de su fallecimiento, con una selección de sus poemas más conocidos y accesibles, para el público heterogéneo que acudió el pasado sábado al patio del Convento de San José.
Con el mismo esquema de recitales anteriores, y tras la presentación y contextualización del autor y su obra por parte de Muñoz, la primera mitad estuvo dedicada a los poemas más conocidos de León Felipe en las voces de Victoriana, Alba, Pilar Astray, Pilar Sánchez-Serano y Goyo Luengo, que se estrenaba en esta ocasión, apoyadas con un fondo musical con imágenes más o menos relacionadas con los recitados.
El intermedio lo ocuparon Mari y Manuel interpretando una pequeña selección de canciones, tras lo que vino la nota sensible de la noche a cargo del padre de Nico, un niño con Síndrome de Down, con la presentación del blog que recoge, foto a foto, 366 días de la vida del niño.
León Felipe es uno de los poetas más grandes y difícil de encasillar dentro del panorama poético español. Coetáneo de la Generación del 27, no se puede afirmar que perteneciera de lleno a la misma. Empeñado en las destrucción formal y el despojo de todo artificio de la poesía, crea un estilo personal de proclama y arenga casi religiosa sin sujetarse a ninguna de las corrientes de su época. “Qué lástima que no pueda cantar a la usanza de este tiempo lo mismo que los poetas de hoy cantan”, escribía. Poeta desterrado, forzado a cantar cosas de poca importancia, que tenía la voz antigua de la tierra y sabía todos los cuentos, siempre tuvo en mente a su patria, a la que no pudo volver.
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