¡Madre mía cómo está la cosa! Ni en verano dejan de enfadar a Almaguerito, que con el incremento de la masa poblacional de la localidad parece que se le amontona el trabajo. ¿Tan complicado es dejar la basura en los puntos destinados para ello?
Es importante, dice Almaguerito, la colaboración ciudadana para que el parque no se convierta en un estercolero. Un poco de civismo no vendría mal, añade, para aligerar la sobrecarga de trabajo que supone limpiar todos los días los restos de las diversiones nocturnas, y poder dedicar recursos a otros menesteres. Los contenedores son para echar la basura dentro, los árboles se reigan con agua (no con plástico), y los coches no beben cerveza.